Escrito por Louis | 8 de junio de 2015

Pegar una ‘guantá’ no es maltrato
Sylvie reconoció que había sido infiel a Van der Vaart. […] Yo no sé cómo fue, pero si con dos copas en una fiesta de fin de año, tú mujer está… y tú le pegas una guantá, eso no es ninguna agresión ni es nada de maltrato. ¿Y la que está besando a otro lo está haciendo muy bien, no?
Javier Mérida, en una tertulia de Radio Marca.
Miguel Ángel Méndez, subdirector de Radio Marca:
Lamento profundamente que @meridonasports se expresase de manera tan desafortunada en @rmarcasevilla Lo sentimos mucho.Y no volverá a pasar
— Miguel Angel Méndez (@miguelangmendez) June 8, 2015
Javier Mérida:
Estoy contra toda violencia tanto como contra las falsas denuncias y el feminismo aprovechado. Igualdad, pero igualdad. Eso.
— Javier Mérida (@meridonasports) June 5, 2015
No he justificado nada. Ne limité a contar por qué le pegó el puñetazo. Que no debió, claro, pero no fue por gusto. http://t.co/7fkg0LzkMj
— Javier Mérida (@meridonasports) June 5, 2015
Y ahora los que quieran seguir manipulando, que lo hagan. Mi conciencia está súper tranquila. Buenas tardes.
— Javier Mérida (@meridonasports) June 5, 2015
Cierro por mi parte: no se puede justificar la violencia, pero sí explicar qué la desata. La Ley distingue: alevosía, respuesta, arrebato…
— Javier Mérida (@meridonasports) June 5, 2015
Pero, ¿este sabrá lo que es alevosía?
«¿Y la que está besando a otro lo está haciendo muy bien, no?»
Después de semejante argumento está todo dicho.
Lamentablemente este es el nivel de educación de la sociedad española, donde se justifica el maltrato y se quiere vender que hay discriminación positiva hacia las mujeres. Solo con ver como la gente aplaude a Rubén Castro al día después de anunciarse que va a ser juzgado por malos tratosme da vergüenza de ser sevillano.
Que van der Vaart le pegara un tortazo a su mujer en aquel momento no es aceptable ni excusable, pero hasta cierto punto es comprensible: descubrir que tu mujer te ha estado engañando con otro no es agradable, y el calentón del momento te puede hacer reaccionar de manera irracional. Lo que ya no es compresible es que alguien que no tiene ninguna implicación emocional en el asunto primero salte con algo que, a efectos prácticos, es equivalente a un «se lo tenía merecido, por z***a», y luego se quede con cara de sorprendido cuando el resto del mundo le diga que se ha pasado siete pueblos.