Escrito por Louis | 27 de octubre de 2011

125.129 comentarios
Siempre he dado por hecho que la función de los comentarios de un blog era conversar sobre lo que escribe el autor, o en su defecto, sobre cómo lo escribe.
Quien lea de forma asidua los comentarios de La Libreta sabrá que en cada hilo (compuesto por centenares de comentarios) apenas dos o tres cumplen este requisito. La inmensa mayoría se desvían a otros temas relacionados con prensa deportiva, cosa que me parece saludable y enriquecedora. Sin embargo, existe también una amplia sección que no se dedica a hablar del blog, sino de su autor, con una mala baba evidente y pisando cada vez con mayor frecuencia el terreno personal.
Llevaba varios meses sin leer los comentarios en profundidad. La explicación es decepcionantemente sencilla: cada artículo recibe cientos, muchos más de los que una persona con una jornada laboral por delante, como es mi caso, tiene tiempo de leer, procesar y -llegado el caso- responder.
Esta falta de tiempo, unida a la notable afluencia de visitantes y la escasa educación de algunos de ellos, obligó a introducir un sistema automático de moderación que intentara filtrar los mensajes ofensivos e insultantes y limitara la presencia de trolls (que no son aquellos que discrepan con el autor ni con sus ideas, sino quienes tratan únicamente de incordiar y ofender).
Ese sistema, como se ha comprobado, acababa siendo injusto: impedía participar a usuarios respetuosos al tiempo que permitía comentarios inadecuados. La suma de la falta de tiempo para la moderación manual y las limitaciones de la automática dieron como resultado el caos entre los usuarios más activos, que han expresado sus justificadas quejas.
Por tanto, siento mucho las molestias causadas a todos aquellos que querían aportar algo positivo a La Libreta y no han podido hacerlo.
Puedo anunciar también que esos problemas no se volverán a producir. Después de dar vueltas a este asunto, os comunico que he adoptado la que creo que es la mejor solución posible.
Los comentarios de La Libreta desaparecen.
¿Significa esto que no se pueden criticar los contenidos del blog? ¿Significa que el autor no se digna a dialogar con sus lectores?
Evidentemente, no. Ni mucho menos.
Actualmente, existen suficientes herramientas sociales, y lo suficientemente sencillas, como para reemplazar y mejorar la función de comentarios. De este modo, todo el mundo podrá hablar y opinar en los términos que prefiera, bien de los contenidos de La Libreta, bien de la vida personal de su autor, bien de todos aquellos aspectos que le obsesionen. Escribir un blog te obliga a someterte a la crítica, pero no a soportar ataques alegres y gratuitos ni aún menos a alojarlos en tu propio site.
Y quien quiera dialogar conmigo sobre cualquier entrada de este blog, sabe que puede localizarme en mi Twitter. Raro será que no responda a una pregunta o comentario educado relacionado con mis posts, como vengo haciendo desde hace dos años.
Evidentemente, sé que la decisión no gustará a los habituales, y no pretendo que la comprendan ni la compartan aunque espero que la respeten. Lo siento por ellos y solo por ellos, que encontraban en La Libreta un foro en el que debatir sobre fútbol y prensa deportiva. Lamento las molestias que esto pueda causar a la amplia mayoría de quienes, a lo largo de casi siete años, se han molestado en escribir este blog 125.130 comentarios. Gracias a (casi) todos.